Desierto de memoria




Hay un momento en que te pones en blanco, como en un punto muerto en el que nada pasa, todo se calma, y las cosas se rehabilitan después de. Tu corazón comienza a latir tan tranquilamente que tu cerebro no se percata de esos insignificantes latidos. Tu boca simplemente se detiene, tus pensamientos se hacen humo, y tus manos descansan libremente en las sabanas, es sencillo, nada aterrorizante, todo fluye con mas armonía de lo normal.

Entras en tu desierto de memoria, donde nada es lo suficientemente doloroso como para sacarte del trance, ni tan bueno como para seguir en el. Es tan superficial y tierno a la vez, que no sabes si seguir o no en el. Ese "trance" es necesario para calmar y agregar dirección a las cosas, para seguir viviendo, pues, en eso. 

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Me gusta como lo explicas de manera sencilla, pero sutil.
A Messy Journal ha dicho que…
Gracias, Luis Jimenez. Este es un escrito bastante importante para mi.

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