Para un alma del otro lado



Virginia:  

Todo anda bien, según pasos en el cielo que oigo en las noches. Se cae, dijo, alrededor de la madrugada, visita mi habitación y repite cada carta que escribió. Toca mi cabeza mientras me duermo, y habla conmigo entre sombras de medianoche. Tengo prometido cocinarle una ronda de pastas londinensas, y verlo todo el día. Realmente siento bastante que las cosas se salieran de control y el siga allá arriba. Mientras mas duermo, mas pienso en su tono suave de voz que opaca el viento fuerte de este invierno, esas palabras con significado escaso no llenan una conversación, tenia que cantar para no dejar que se vaya. Ayer, camine en las aceras mediterráneas, y sentí como se alejaba, su esencia, deje de sentirla, deje de saborear su perfume, sus finas patillas, al cabo de algunos minutos, me vi algo ofuscada por esa sensación de lejanía.

Al final, todo era eso, lejanía, sueños mediterráneos, recuerdos lunares, y promesas que nunca pronuncie. Espero puedas comprender que nunca desee esto, al contrario, como dije antes, todo se salió de control y no pude evitarlo. Aun sueño, si, sueño por noches consecutivas y estallo en mis días normales. Aun en días normales, me siento mas extraña que la brisa caliente del verano ajeno al pueblo. Pero, no mas que eso, puedo desear.

Con cariño, mas que una persona, un recuerdo.
Margot.

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